Conócenos
Nuestra Historia
Somos Miguel Chong y Julie Denegri, una pareja peruana que dejó atrás sus carreras como ingenieros para dedicarse a algo más cercano al alma: rescatar y compartir las recetas y la historia de la cocina chifa, esa fusión única entre la gastronomía peruana y la cantonesa.
Nuestra historia comenzó hace más de tres años, impulsada por la figura de Federico Chong Wong, abuelo de Miguel y cocinero excepcional que llevó consigo sus conocimientos culinarios desde China hasta Huaral, al norte de Lima, tras pasar por Inglaterra. Allí, con sus propias manos, construyó un horno de barro y azúcar cilíndrico, y de sus experimentos culinarios surgió una pasión que inspiró a generaciones.
Esta herencia nos empujó a dejar nuestras antiguas profesiones —Julie como profesora y Miguel como montador de maquinaria— para aventurarnos en un proyecto que inicialmente imaginamos como un asador de carnes.
Sin embargo, pronto entendimos que lo que nuestra clientela anhelaba era sentarse y disfrutar de una experiencia más completa, así que nació Ají y Sillao, un nombre que honra a dos ingredientes esenciales de nuestras cocinas: el ají y la salsa de soja.
Nuestra fachada puede parecer modesta, pero detrás de nuestras puertas blancas, late un corazón que mezcla tradición, cultura y amor por la buena cocina.
Nuestros platos no son solo recetas; son historias.
En nuestra carta, encontrarán tanto clásicos peruanos como fusión chifa, incluyendo la famosa causa con gallina y el ceviche de corvina, que siempre acompañamos con chicharrones de calamar impregnados en nuestra leche de tigre. Pero lo que nos distingue realmente es la elaboración artesanal de platos como los siu mai de cerdo y langostinos, cuya masa y relleno Miguel hace a mano, o la sopa wantán, una receta que se ha convertido en un imprescindible incluso en pleno verano.
Creemos que nuestra verdadera riqueza está en las siete mesas que llenamos de historias y sabores, y en cada sonrisa que vemos al terminar un plato.
Gracias por ser parte de nuestra familia, por permitirnos compartir con ustedes la historia de nuestro hogar en cada plato, y por hacer de Ají y Sillao un pedazo de Perú en Madrid.